Etimología del nombre
Su nombre proviene de la expresión celta “Am Dram Buidheac”, o lo que es lo mismo “la bebida que satisface”.
Historia
Su historia está enraizada con la historia de Escocia. Cuando el príncipe inglés Carlos Estuardo, también conocido como Bonnie Prince Charlie, lideró una revuelta jacobita que al final resultó ser un fallido intento de recuperar el trono de Escocia. Tras la derrota en Culloden, el príncipe y un reducido grupo de sus seguidores lograron escapar con vida y refugiarse en la isla de Skye. Carlos Estuardo obsequió a uno de sus seguidores, John McKinnon como premio a su gran lealtad, con la receta del Drambuie; un singular licor elaborado con whisky escocés y una mezcla de dulce miel y hierbas aromáticas (lo que nadie sabe es cuanto tiempo llevaba el príncipe elaborando el licor). Y es que aunque el príncipe perdiera la batalla por el trono de Escocia, ganó la guerra en lo que concierne al Drambuie, pues no dejó que la receta de su licor personal cayera en manos enemigas.
Ciento cincuenta años más tarde, la familia McKinnon comenzó a comercializar el trago, que muy pronto se popularizó entre la población y se consumía tanto después de la cena (pousse-café) o como ingrediente principal de numerosos cócteles, salsas o dulces. Todavía hoy en día, solo la matriarca de la familia McKinnon conoce la receta original del Drambuie y se asegura que la receta se encuentra guardada a buen recaudo y se transmite de generación en generación.
Elaboración
Su elaboración comienza en grandes barriles de madera, donde el Whisky se guarda en condiciones controladas. En el proceso de elaboración no vale cualquier Whisky para la elaboración de Drambuie, pues para la fabricación de la bebida se utiliza una mezcla propia y específica de Whisky escoceses, generalmente son de malta y su edad oscila entre los 15 y los 17 años.
En una segunda etapa se añade la miel, normalmente de brezo pues es muy común esta planta en los bosques europeos. En una última etapa, se añade la mezcla secreta de hierbas y especias, que la familia McKinnon ha sabido guardar con celo generaciones y generaciones y que otorgan al Drambuie su carácter único e inconfundible.
El proceso de producción termina con la filtración de las impurezas que las hierbas y especias han dejado en el licor y con el posterior embotellado. Se obtiene así un licor de tono amarillo-ámbar brillante, de aromas que recuerdan al regaliz y a la miel. Las hierbas y la miel que participan en su elaboración, le conceden un carácter especiado, condimentado sin recrearse demasiado en lo dulce. Este licor cuenta también con una versión a la crema, también muy popular, que se consume normalmente como añadido a un helado de vainilla o sobre fresas o frutos rojos con crema chantilly.
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